Fin de año y los créditos


He terminado el semestre y oficialmente ingreso al desempleo, de aquí hasta mediados de enero. Es una vida ingrata. Mi hija cada vez gasta más y la vida cada vez está más cara. Pero he descubierto el crédito. Ahora puedo entender el dicho: "quien nada debe, nada tiene".
Así, con mi crédito Cimaco he comprado algunas cosas que me causan felicidad: un aparato de aire lavado (para aquellos que no sepan que es esto explico brevemente: es un cubo con tres puertas que en su interior tienen paja, aunque ùltimamente les ponen un material plástico nuevo. Esta paja es mojada por unos tubos que recogen agua almacenada del fondo del cubo. En medio de éste existe un abanico en círculo, al girar envía aire a unos ductos de aluminio que se introducen a la casa. El aire es frío y húmedo. Este sistema es lagunero y especial para nuestro insoportable calor seco), un traje fino (el primero en mi vida), ropa para mi hija, un calefactor y finalmente, un libro que me ha dado momentos de felicidad aterradora: No es país para viejos.
Me explico;la obra de Corman McCarthy mantiene al lector al borde de la página, preparado para darle la vuelta y seguir con esta historia de narcos, asesinos, rancheros y millones de dolares.
El fin de semestre me ha permitido volver a hacer lo que más me gusta: leer. Espero no tener que volver a trabajar, pero sé que eso es no va a suceder.

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