El dios del sucio escritor. El mito de Charles Bukowski y John Fante
Dos escritores, un cuerpo La escena no es agradable. Es 1982 y John Fante se encuentra ciego, con las dos piernas cercenadas y destrozado por la diabetes en su cama del hospital. Ahí, en la peor de las situaciones, le dicta a su esposa Joyce el que será su último libro: Sueños de Bunker Hill . La vida muchas veces había sido mala con Fante, no únicamente en sus últimos días sino desde su nacimiento el 8 de abril de 1909 en Denver, Colorado. Tierra fría y decepcionante de la cual huirá persiguiendo a su padre y a la gloria literaria, no precisamente en ese orden. Su padre, Nicholas Peter Fante, un albañil italiano alcohólico y su madre, Mary Capolungo Fante, una italoamericana, le inculcaron todos los defectos católicos que unos padres italianos podrían inculcar, al final remataron con un divorcio cuando el autor era adolescente. Estudiante de escuelas jesuitas y monaguillo, el niño Fante quería ser jugador de las grandes ligas y también escritor. En la juventud, justo después